domingo, 25 de octubre de 2015

Y VOLVERÁN...

Y volverán las oscuras golondrinas a posarse en las ramas de los árboles yermos de hojas,
dejándonos claro que la oscuridad está próxima, y trae consigo vacío y desolación.

Incapaces de remediarlo, nos vemos sometidos al yugo del reflejo 
de los charcos en los suelos, que serenamente nos vigilan, 
con la única intención de hacernos mirar para otro lado.

El frío glacial hará acto de presencia y nos calará los huesos, paralizándonos,
con el único objetivo de no dejarnos ser nosotros mismos.
Las calles poco transitadas nos harán ver nuestro miedo más interno...
la soledad.

Por ello, nos vemos empujados a la mentira, el engaño y la falsedad;
disfrazados de buenas caras, mientras el miedo va pasando poco a poco,
incapaces de reconocerlo ni asumiendo, que una vez tras otra,
será así.

Los que no nos dejamos influir y somos conscientes de la realidad,
solo sentimos el anhelo de lo que de verdad deseamos; el goce
de lo nuestro. 

Un aroma que nos embriague cada vez que el gran orbe
nos vigile con su cálido brazo y los jazmines y azahares comiencen a florecer,
mientras a lo lejos se oigan cornetas y tambores llevando en volandas un misterio
que avanza con la seguridad que le impregna la voz de "venga de frente".
Como dijo una vez un hombre "¿Habrá algo más bonito que ver alejarse un palio?"
Yo creo que no.

El deseo de respirar la primavera... ¿Sevillana? Por supuesto.
La primavera no se entiende sin Sevilla y Sevilla no se entiende sin su primavera.
Son términos que van de la mano, al igual que ese niño va de la mano de su padre 
el Domingo de Ramos, estrenando ropa, inquieto y excitado, porque
todo lo que ve y oye le abre la puerta de un mundo nuevo, que desea conocer.

Por más que la oscuridad se cierna sobre nosotros, y el vacío 
y la soledad nos invadan el alma; Sevilla siempre responderá
 con su luz y color habitual.

miércoles, 7 de octubre de 2015

LA ESPERANZA ES ESA DAMA VESTIDA DE VERDE

Que me gustan los carnavales tanto (o casi) como un botellín glacial, no es algo nuevo. Y me he tomado la libertad de coger un pasodoble que me encanta y cambiarle un poco la letra y el tema... Debajo os dejo el pasodoble original.




La Esperanza es esa dama vestida de verde
Callada, Silenciosa que nos acompaña
Una compañera fiel que nada reprocha
Y siempre nos tiende una mano amiga
Sin saberlo ella nos guía durante  la vida

La Esperanza es la mayor compañera del hombre
Da igual que ses mujer, varón o anciano.
Cuando crees que no está pues Ella aparece
Y de alegría de nuevo otra vez nos invade

La Esperanza se encuentra en el cielo o al laito de la Catedral
Al final de un pasillo vacío o en la cama de un hospital
La Esperanza siempre está contigo aunque tu no la veas pasar
Yo borracho le he ido llorando porque no quería dejarla marchar

La Esperanza un día se enfadó conmigo
Por… que pensando que ya, me había abandonao 
dejándome solo con cara de pena, yo le dije "adiós"
Y con lágrimas en los ojos me dijo que no, 
de todos menos yo lo podía esperar,
la mano le agarré pidiéndole perdón

Su sonrisa era, como el sol en primavera, 
tan bonita y tan sincera que de celos la luna lloraba
Y con un nudo, susurrándole le dije
"Mi corazón a mi me dice, que sin ti no se vivir"

Sonriendo y su cara de niña encendía, 
me abrazó muy fuerte y yo la besé
La felicidad más grande en ese 
momento mi alma invadía

Con  su mano en  mi mejilla secaba mis lágrimas
"Tranquilo que se que tu y yo juntos vamos a estar"
Y ahí fue cuando me di cuenta que nunca jamás, 
volvería a dudar en perder la Esperanza





domingo, 4 de octubre de 2015

TEORÍA DEL GILIPOLLISMO ILUSTRADO

Si te suena el título de la entrada, es porque ya leerías en su día la entrada sobre el "Paquetismo ilustrado" si no es así, puedes hacerlo pinchando aquí, y si no te apetece, yo te cuento más o menos de que iba.

Llamamos paquete a esa clase de persona que no sabe ni cómo ni por qué se autoboicotea en ciertos aspectos y digamos que no consigue "triunfar" especialmente en el tema sentimental. El paquete es un paquete porque sí, nada es de casualidad, y el paquete lo es porque después de mucho tiempo no queda más remedio que asumir que se es un paquete. Estos conceptos pueden parecer algo liosos, así que vuelvo a repetir, pincha aquí y te lees la historia completa cojones.

Pasamos entonces a la evolución del paquete, que es el gilipollas. Pueda parecer un término duro y más soez (¿La gente de a pié dice soez?, yo creo que no pero queda bien) ahora explicaremos el porqué de eso.

El gilipollas no es más que un paquete que sin saber cómo, consigue dejar de ser un paquete y "triunfar" por llamarlo de alguna manera... Por lo que a primera vista podríamos decir que el paquete, nuestro eterno perdedor y tipo amamonaete que no se da cuenta de nada y que pierde las mejores oportunidades, no porque quiera, sino porque al ser un paquete, no se da cuenta de ellas, dejaría de serlo. ¡JÁ! Ni muchísimo menos; un paquete es un paquete porque lo lleva e el ADN y aunque parezca que ese gen no se manifiesta, está latente para hacerse notar cuando menos se lo espera.

Si todavía estás leyendo este tostón que puede servir para coger el sueño más rápido que un documental de la 2 de peces, la vuelta España y una película de vaqueros de Canal Sur juntos... continuemos.

Es por ello, cuando pasa un tiempo, cuando el paquete se convierte en gilipollas. Va acumulando paquetismo hasta que explota y lo que parecía que había conseguido pareciendo haber dejado de ser paquete ahora lo ha perdido siendo un gilipollas, pero no un gilipollas cualquiera, sino un GILIPOLLAS DE CUIDAO, ya que el tiempo ha hecho que todo ello se agrave, por lo que la oportunidad que se le vuelve a escapar es mayor, y al ser mayor, el término paquete se nos queda corto, por lo que gilipollas es más correcto. Al menos desde mi punto de vista que para eso soy yo el juntaletras que está escribiendo esto.

Tengo que añadir, que en el término "gilipollismo" se abarca un sinfín de casuística que no se descarta ser explicadas más adelante.

Ya sabéis que a mi me gusta hacer las entradas y ponerle alguna fotillo, y si no la sabéis pues ya os lo digo, que hay que explicarlo todo joé, pero ¿qué pasa? que tu pones en Google "gilipollas" y sólo salen fotos de Rajoy, Chavéz, Willy Toledo... y está feo poner una foto de esa gente en un sitio tan bonito como este, omeporfavó, así que no hay foto pero os dejo una bso bastante chula. ¡Hala? A cuidarse...



sábado, 3 de octubre de 2015

UNA DE JAMÓN...

Tengo el blog más parado que la segunda línea del metro, y eso no puesé, así que hoy me he dicho "illo ponte a escribir algo anda" y me he vuelto a contestar "que dice cabeza, con la resaca que tengo encima me voy a poner a escribir yo ahora por los cojones". Al final ha ganado el otro y aquí estamos, sin mucho que contar...

El caso es que corría el año 453 a.C., mes arriba mes abajo. Y en una pequeña aldea de lo que viene siendo ahora el territorio entre Huelva y Badajoz, había un muchacho joven tartesso con más hambre que el tamagochi de un sordo, y el pobrecito mío no tenía ni un hueso chupao de aceituna que llevarse a la boca.

Y un día dijo el colega ¡Se acabó el no comer! Aprovechando que su vecino se había quedado dormido profundamente como si estuviera viendo un Getafe-Levante, se coló en en su despensa, un cuarto de madera donde guardaba toda la carne de los animales que criaba; cerdos, gallinas, vacas y demás animalejos de granja. Después de pensar durante un rato qué era lo que se iba a llevar, de decidió por la pata de un cochino que parecía que acababan de cortarla porque se veía aún con bastante sangre. 

Cogió la pata y salió pitando de allí con la mala suerte de que con la pezuña del animal tiró una estantería llena de utensilios de carnicero, haciendo un ruido tremendo, con el consiguiente despertar del susodicho adormilado que se despertó sobresaltado. Se asomó por la ventana y vio a nuestro hambriento protagonista saliendo con la pata del cochino en los brazos. 

Rápidamente, cogió su piedra de llamar y llamó a la policía tartésica que al momento se pusieron en búsqueda del ladrón del cochino.

Nuestro joven corría por medio del bosque lo más rápido que la pata del cochino le dejaba, hasta que a lo lejos divisó una patrulla de polícias por lo que tenía que actuar rápido si no, se quedaba sin comer. Volvió sobre pasos y se dirigió a una cueva de sal; y detras de unas rocas ocultó bien oculto la pata de aquel cerdo la cual tendría que esperar poder hincarle el diente.

Salió de la cueva y a los pocos pasos, notó como una mano le tocaba el hombro; eran los policías tartésicos, estaba perdido. Después de darle su correspondiente jartá de sopapos, lo metieron en la cárcel.

Allí pasó unos cuatro años aproximadamente con una sola cosa en su mente. Buscar la pata del cochino que dejó en la cueva. Y allí que fue, decidido. Y cual fue su sorpresa que aquella pata de cerdo había cogido un color amarillento y su ilusión se desvaneció. Aun así, agarró una piedra afilada y lo abrió, le quitó aquella piel amarillenta y dentro se podía ver un color rojizo bastante llamativo. Lo probó y le encantó, aquello era la mismísima ambrosía, desde entonces supo que no volvería a comer otra cosa...

Cualquier parecido con la realidad es pura investigación histórico-científica de como se inventó el jamón. 
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